El humor también es una habilidad humana

Creo que el sentido del humor es el camino más corto entre dos puntos. Y no hablo solo de chistes o carcajadas: hablo de esa capacidad de conectar desde la ligereza, sin perder la profundidad.

He aprendido que si las personas sentadas en una sala de juntas se ríen y bromean antes de empezar, esa junta tiene más probabilidades de fluir mejor. Si en una conversación con un cliente o proveedor puedo romper el hielo con una broma ligera, esa interacción gana humanidad. Lo sé porque lo he vivido.

Incluso en medio de una reunión intensa, compartir un chiste, un meme o una anécdota graciosa que venga al caso tiene el poder de relajar el ambiente. Y eso cambia todo: mejora el humor, eleva la disposición a colaborar y baja las defensas.

Reír también es profesional

Tener sentido del humor no quita seriedad, ni compromiso, ni profesionalismo. Simplemente pone de manifiesto nuestra humanidad. Y nos recuerda que, así como podemos sufrir juntos… también podemos reírnos juntos.

He observado que las personas que no pueden reírse de sí mismas o de situaciones en las que están involucradas, muchas veces no han aceptado plenamente lo que son o lo que está pasando.

Y hay otras que se toman tan en serio, que pierden esa ligereza que tanto se necesita para trabajar mejor.

¿Se puede aplicar el humor en el trabajo?

Sí. Pero como toda habilidad humana, tiene su arte.

Aquí van tres reglas que te pueden servir:

1️⃣ Nunca lo uses para burlarte de alguien. Reímos de la situación, no de la persona.

2️⃣ Mide el nivel de confianza. Ajusta tus bromas al tipo de vínculo que tienes con las personas presentes, y al vínculo que tienen entre ellas.

3️⃣ Hazlo de forma consciente. Que la intención siempre sea relajar el ambiente y fomentar la colaboración, no desviar ni sabotear la conversación.

El humor, bien usado, no solo genera conexión. También construye cultura, reduce la tensión y nos devuelve al presente. Y eso, en el mundo laboral de hoy, es más valioso que nunca.